- ¿Sabes qué? Creo que quererte es un delito.
-¿Por qué?- djio ella.
-Mataría a cualquier persona, con tal de tenerte a mi lado. Con solo poder tocarte, besarte o abrazarte. -Dijo Steven, mirandola a los ojos.
-Vaya, no ... no sé que decirte. - Miraba avergonzada a otra parte de la habitación.
- No hace falta que digas nada. Lo único que quiero es a tí (mientras la coje de la mano). Quiero que seamos los dos y nadie más. Que formemos un mundo en el que solo existamos nosotros. Suena cursi, pero son mis sentimientos más íntimos.- Por fin se confesó.
Natalia no sabía que contestarle, nadie le había dicho nunca aquellas palabras, las cuales salían de la boca de su mejor amigo. Ella no sabía que hacer, ni que decir. Tenía claros sus sentimientos, desde hace bastante tiempo. Sabía que Steven era el indicado, el que le haría sentirse única en el mundo. Como dice la canción "Want to do make me fell like i'm the only girl in the world". Recordó aquellas palabras al instante, pero no quería perder una amistad tan valiosa.
- Bueno ... ¿Qué se supone que debo hacer?- Dice Steven un tanto, desorientado.
-Pues ... no lo sé, a mi me has dejado sin palabras, no pensaba que sintieras tanto por mí. Ni siquiera pensaba que lo sintieras.
-¿Pensabas que no me iba a fijar en tí?- Le pregunta él.
-La verdad es que sí. No sé, mirame ...
-¿Qué es lo que tienes de malo? Eres guapa, tienes atractivo, inteligente, demasiado amable con los demás. No sé, no tienes nada.- Le vuelve a decir con una voz demasiado dulce.
-Tengo algo malo, la inseguridad. No sé que es lo que debo hacer ahora, ni siquiera que decirte.
-Bueno ... eso es lo de menos, con que me respondas a esta pregunta, tengo de sobra. - Steven estaba casi temblando.
- Claro, dime. ¿Qué es lo que me quieres preguntar?
-Tú ... ¿Me quieres?- Le preguntó sonrojado.
- No ... no te quiero.
-Vale ... no, no importa.- Dijo él con una sonrisa en la cara, pero con lágrimas cayendo por sus mejillas.
-Steven, te amo. No pensaba que sintiera esto por alguien tan especial. Por alguien que estaba ahí, siempre a mi lado. Por el que me hace reir, el que me seca mis lágrimas cada vez que pasa algo. El que me da aquellos abrazos tan cálidos. En su totalidad, el que me hace sentir especial. - Natalia con una gran sonrisa en la cara, se lo dijo por fin.
-Vaya, no pensaba que sintieras eso tampoco.- Se asombro.
-Es lo que hay, tu por mí y yo por tí. Será cosa del destino esto.

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